Asturias es un país plagado de cuevas, tanto las formadas por ríos, por el mar o cuevas prehistóricas. Destacamos:
Tito Bustillo
Es una de las más importantes del mundo en arte paleolítico. Descubierta en 1968 por el grupo espeleológico Torreblanca, del que formaba parte Tito Fernández Bustillo, muerto poco más tarde mientras practicaba la espeleología en otra cueva.
La Cuevona, de Ribadesella
Situada sobre Tito Bustillo, fue excavada por primera vez en 1899 por Justo del Castillo y más tarde, en 1912, por Hernández Pacheco. Es inmensa y hacen conciertos en ella en verano
La cueva del Pindal
Se encuentra en Pimiango y al borde del mar. Fue descubierta para la historia del arte parietal en 1908. Es, por tanto, la primera manifestación del hombre prehistórico estudiada en Asturias.
Sus figuras, agrupadas en varios paneles y principalmente esbozadas en trazo rojo, representan bisontes, caballos y ciervos, signos claviformes, de puntos e impresiones antropomorfas. Una de sus figuras más famosas la compone el elefante con la mancha en forma de corazón.
La Cuevona del pueblo Cuevas del agua
Es una gran cavidad natural que tiene la particularidad de servir como única vía de comunicación con el exterior a este pequeño pueblo situado entre el río y la montaña. Como si de un túnel se tratara, la carretera se introduce dentro de la montaña, acompañada en su recorrido por un pequeño arroyo, dejando al conductor atónito frente a la espectacularidad de las formaciones que va contemplando a través del cristal de su vehículo, el pueblo de Cuevas del Agua, que está a unos 4,9 km de la villa costera de Ribadesella, si se viene desde Arriondas y para no dar tanta vuelta, se puede acceder andando desde un puente colgante sobre el rio Sella antes de llegar al pueblecito de Fries